martes, 23 de septiembre de 2008

MIS CUENTOS Y FÁBULAS


EL JUEGO DE LOS ANIMALES: CUENTO CON ONOMATOPEYAS


(PARA NIÑOS)



En un lugar lejano del bosque se reunieron todos los animales para convenir en hacer un juego. Se pusieron de acuerdo para premiar al que fuera capaz de hacer obedecer una orden . Así, empezó el gato maullando “miau-miau-miau”, pero no logró ordenar nada ; luego el gallito gritó “quiquiriquì” y tampoco ordenaba nada ; le tocó el turno al perrito y empezó a ladrar “guau-guau-guau-guau”, pero tampoco logró ordenar nada . Presenciaban la escena unos niños que jugaban pelota muy cerca de allí y el balón fue a caer al otro lado de un riachuelo, sin que los niños pudieran atreverse a irlo a recoger. Le tocó el turno a los pollitos que decían “pío-pío-pío”, pero la obediencia a la orden no llegaba . En eso apareció una ovejita que empezó a balar : “be-be-be-be-be-be” y uno de los niños cruzó el riachuelo y pudo traer el balón. Al final, la ovejita saltó de contenta, puesto que luego de balar, el niño obedeció su orden y logró rescatar el balón. Todos los animalitos quedaron sorprendidos y se pusieron de acuerdo para premiar a la ovejita en una ceremonia especial.



A la ceremonia asistieron todos los animalitos participantes y otros que fueron invitados. Una banda de músicos formada por varios animalitos daba realce a la ceremonia. El caballito anunció el inicio de la ceremonia haciendo sonar la campana : “talán-talán-talán-talán”. El burrito tocaba la trompeta “tuturutú-tuturutú”,el conejito tocaba los platillos “Chinchín-chinchín-chinchín-chinchín”, la vaquita hacía sonar el tambor “rataplán-rataplán-rataplán”, el chivito hacía sonar fuertemente la trompeta así: “tararí-tararí-tararí” y, finalmente, el cerdito tocaba el clarín “tintirintín-tintirintín-tintirintín” .


Cuando el reloj marcaba las 12 del día, apareció el león un poco agripado para entregar el premio, que consistía en una hermosa corona de oro. Cuando se disponía a colocar la corona, el león empezó a estornudar “achís-achís-achís” y el estornudo no paraba. De pronto se escuchó el sonido de muchas personas- “trapa-trapa-trapa-trapa” - que venían a interrumpir la ceremonia y en eso “cataplúm” se escuchó un golpe fuerte y “zas” , el león cayó mortalmente herido; una piedra grande lanzada por un malvado hombre había matado al pobre león. La banda dejó de tocar, pero aún así la jirafa se encargó de coronar a la ovejita. Todos los animales aplaudieron el acto, pero al mismo tiempo se pusieron tristes por la muerte del león. Unos hombres, llenos de envidia , habían malogrado la alegría de todos los animalitos.

El llanto de los animalitos no se hizo esperar:El torito y la vaquita lloraban conmovedoramente:“mu-mu-mu-mu-mu-mu”,la gallinita lloraba “cloc-cloc-cloc-cloc”,el patito con su “cua-cua-cua-cua”, lloraba muy desconsoladamente; pero los que más lloraban eran los chanchitos,escuchándoseles sin cesar:“oink-oink-oink-oink-oink-oink-oink”.


Finalmente, el pobre leoncito fue sepultado, asistiendo todos los animalitos del bosque; y en un gesto de nobleza y desprendimiento, la ovejita puso su corona en la cabeza del león, llorando amargamente: “be-be-be-be-be-be-be”. De pronto se escuchó la voz de Dios que le dijo: “Ovejita no llores, el leoncito te ha hecho caso , ha venido a MI REINO y ahora es feliz con todos los animalitos que han muerto”. Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.




LA NOCHE DE NAVIDAD
( RELATO IMAGINARIO)

Era víspera de Navidad y el entusiasmo de la gente era desbordante. Muchos hacián sus últimas compras en el principal mercado de la ciudad; otros recorrían los principales bazares y centros comerciales en búsqueda del mejor regalo para el familiar más querido.

Los relojes marcaban las 11.50 p.m. y era hora de llegar a casa para recibir al Niño Dios. La gente caminaba apresuradamente de un lugar a otro, cargando sus coloridos paquetes navideños, algunos de ellos adquiridos a crédito en la famosa tienda Saga Falabella.

Al llegar las 11.58 p.m , y faltando dos minutos para recibir la Navidad, la principal calle de la ciudad lucía casi vacía; sólo quedaban los últimos vendedores ambulantes, los cuales empacaban apresuradamente los últimos productos que les quedaban. Me disponía a tomar un taxi y divisé, en ese momento, que en una de las bancas de la avenida principal , un niño de aproximadamente 9 años, lloraba tan desconsolodamente; opté por abordarlo. Le pregunté si tenía papás y me respondió que sí; inquirí para saber si tenía casa y también me respondió afirmativamente; finalmente, le pregunté si le habían comprado juguetes para Navidad y su respuesta también fue positiva, ¿ Y entonces qué haces aquí? , le pregunté.¡ Pues no quiero llegar a casa! , me respondió con lágrimas en los ojos, ¡ No he logrado vender más que 8 panetoncitos, de los 20 que me dio mi mamá!.

¡ No te preocupes!, le respondí , acariciando sus descuidados cabellos, y en el acto le dije: ¡ Te compraré tus panetoncitos, los repartiré y así haré felices a 12 niños más! . El rostro del niño cambió instantáneamente y su tierna sonrisa y alegría me llenó también de felicidad.Me comentó que vivía a tres cuadras, cruzando la avenida Bolognesi, por el barrio Sur, así que decidí acompañarlo a casa; en el camino a su casa pude ir repartiendo los panetoncitos entre varios niños que como él estaban recibiendo la navidad trabajando o durmiendo en los lugares más fríos y malolientes de esta calurosa ciudad.

Al llegar a su casa me recibió su madre , un poco extrañada por mi presencia; sin embargo nuestro rostro cambió al reconocernos que habíamos estado casados y que el niño que yo había ayudado era el hijo que no veía desde hace seis años. Todos ya se habían dado el abrazo de Navidad y sólo faltaba yo. Debía llegar a casa de mis padres, pero me quedé en la casa del hijo que siempre tuvo un padre ausente. Con él pude compartir la alegría de la Navidad. Su madre no guardó rencor y pude llorar de alegría al darme cuenta que la mejor Navidad era haber encontrado a ese niño, el cual había resultado ser mi propio hijo.

Mi vida, desde aquel entonces ha cambiado y hoy, que es día de Navidad, siento que el Niño Dios me encontró y yo lo encontré a Él . Cada niño es una esperanza, cada niño es una chispita de felicidad a la que nunca se debe apagar. Ahora, los 25 de diciembre celebro una gran fiesta con piñata, payasos, serpentinas, dalinas e interpreto variados cánticos con los niños invitados. Es el cumpleaños del Niño Dios. ¡ FELIZ NAVIDAD!. 


EL CONEJITO PERDIDO



Los conejitos vivían muy felices con su mamá coneja y su papá conejo. Pero cierto día, papá conejo decidió ir a un lugar lejos del bosque para buscar zanahoria abundante para sus pequeños hijos.
Los días pasaban y papá conejo no regresaba. La  mamá coneja y sus pequeños conejitos se pusieron muy tristes y empezaron a llorar. Pero el conejito de mayor edad les propuso que él lo iría a buscar por todo el bosque.
¡ Yo iré a buscar a mi papá y volveremos a estar todos juntos!, dijo el conejito, muy emocionado.
La mamá y los otros conejitos asintieron en la propuesta y lo dejaron ir. Mamá coneja le echó la bendición y todos los conejitos rezaron para estar juntos nuevamente.
Al amanecer, salió el conejito  muy apresurado para encontrar lo más pronto posible a su querido papá conejo.
En el camino, por la espesura del bosque,  iba gritando ¡papá conejo!, ¡papá conejo!, ¿ Dónde estás? Pero papá conejo no respondía. Había caminado muchos kilómetros y el cansancio y el hambre habían empezado a debilitar al conejito mayor.
De pronto, muy cerca de una cueva, el conejito escuchó los gritos de su padre. Había caído en una trampa que le había tendido un  hombre malvado. El conejito se acercó lo más rápido posible y pudo liberar a su padre de la trampa. Al lado de la trampa estaban las zanahorias que había recolectado para sus pequeños hijos.
Papá conejo tenía herida una de las piernas y le costaba mucho caminar. Su hijo hizo todos los esfuerzos por llevar a su padre de regreso y llevar consigo las zanahorias para la familia.
Cuando estaban a mitad de camino para llegar nuevamente a su casa aparece el cazador  y empieza a disparar. El conejito con su padre esquivaban los disparos y pudieron esconderse sobre las ramas caídas de un árbol. En eso, se escuchan nuevamente disparos, pero esta vez era la Policía Ecológica que había llegado a detener al cazador de conejos. El hombre malvado fue llevado por la policía y encerrado en una prisión por atentar contra la naturaleza.

El conejito mayor y su padre herido agradecieron el apoyo de la Policía Ecológica. ¡Gracias señores policías, ustedes han hecho justicia! , dijo papá conejo,  ya repuesto del susto que habían pasado.
Ya estaba por anochecer y papá conejo y el conejito mayor pudieron regresar a casa. En el camino iban recolectando más zanahorias para la comida de la semana.
Cuando llegaron a casa, mamá coneja y todos los conejitos se sintieron muy felices por la llegada de los dos miembros de la familia. Se abrazaron muy fuerte entre todos y agradecieron a Dios por estar nuevamente todos juntos.

Los conejitos se apresuraron para vendar las heridas de papá conejo y mamá coneja se fue a servir la cena del día.
Pasaron los días y papá conejo pudo sanarse de sus heridas y poder nuevamente ir en busca de comida. Pero esta vez, papá conejo siempre iba acompañado de su hijo mayor.
Mamá coneja se sentía más feliz que nunca y todos los conejitos empezaron a jugar nuevamente con la alegría de siempre.
La familia conejina  nunca más tuvo problemas y vivieron felices para siempre.


FÁBULA 

“EL GUACAMAYO PRESUMIDO”



Un  guacamayo presumido siempre se burlaba de sus compañeros: ¡ Yo soy el  Guacamayo más bonito del mundo! , ¡Mis plumas azules son las más bonitas! ¡ Mis plumas amarillas son maravillosas! ¡ Mi frente tiene el color verde más bonito del mundo!Todos los guacamayos estaban ya cansados de tanto escuchar al guacamayo presumido.Un buen día hubo sequía en la selva y el agua empezó a escasear. Los frutos, semillas y castañas empezaron a desaparecer.El guacamayo más anciano les dijo a todos: ¡ Tenemos que volar a otro lugar, pues aquí nos moriremos de hambre! ¡ Sólo hay arcilla aquí para comer!El guacamayo más joven propuso una idea: ¡Por sorteo, un guacamayo debe ir a  buscar comida para todos hasta que mejore el clima!Todos estuvieron de acuerdo.Pero,  ¡Oh sorpresa! , el guacamayo presumido  salió sorteado y debió  realizar más de diez viajes de ida y vuelta para buscar comida en otros lugares lejanos.

Cuando el Guacamayo presumido terminó su labor,  las lluvias regresaron y hubo plantas y comida para todos. Pero el guacamayo presumido terminó con sus plumas maltrechas y descoloridas y nunca más volvió a presumir de su belleza.El guacamayo más viejo le dijo: ¡Ya vez Guacamayo presumido! ¡ Nunca más presumas de tu belleza, pues tu belleza sólo es  prestada!. 



RELATO DE LOS DIOSES INCAS


Cuentan que el Dios Wiracocha salió de las aguas y  creó el cielo y la tierra. Un buen día dijo : ¡Crearé un mundo  para que sea feliz con el cultivo de la tierra! Y así lo hizo: creó el mundo andino.

La nobleza  de las etnias de  Caral , Chavín. Huari y Tiahuanaco lo adoraron. Dicen que Wiracocha tuvo un compañero que se llamó el Pájaro Inti, que en realidad fue el ave Corequenque.

Después del  Dios Wiracocha, "el señor de todo lo creado" estaba el Dios Sol o Inti, quien un buen día se enamoró de  su hermana Mama Quilla, la luna en el mundo celestial y a ella le propuso matrimonio.  ¡Quiero casarme contigo para que seas mi complemento! ¡Así , yo guiaré a los hombres y tú a las mujeres!

Y así fue: El Sol y la Luna se casaron y vivieron  felices para siempre y también para hacer felices a los hombres y mujeres del mundo andino que los adoraron.

Pero los hombres y mujeres  debía comer para poder vivir y a veces no había alimentos, muriendo mucha gente de hambre. Así que crearon una nueva Diosa : La Pachamama o Madre Tierra, una divinidad protectora y proveedora, que en el mundo andino  les posibilitaba  la vida y favorecía  la fecundidad y la fertilidad. Los hombres aprendieron con el tiempo a hacerle ofrendas para que pueda alimentarse y pueda también dotar de fertilidad a todos los suelos.Para ello, hacían derramar vasos de chicha para que se mostrase agradecida. 

Cuando los incas entraban al mar, a los lagos o a las lagunas  a realizar sus faenas de pesca , habían  tiempos en que no podían pescar nada y,  en otras oportunidades,  las olas del mar eran gigantes , que causaban temor en todos los indios, que con sus balsas rudimentarias se adentraban hasta lo  más lejano de las costas. 

El pueblo inca decidió crear entonces a la diosa Mama Cocha, la Madre de las Aguas. Con ella lograron mejorar su pesca y salir a pescar en tiempos que la Mama Cocha estaba descansando y reposaba tranquila.

Pero la vida para los incas no era del todo feliz. Había tiempos en que vivían atemorizados por fenómenos que no entendían. Así que crearon al Dios del Trueno, Illapa, un dios que tal vez para ellos era un dios castigador y al cual debían adorar. Era el dios del rayo, del granizo y de la lluvia. 
Al observar el firmamento divinizaron la hermosura de la luz que brillaba y tililaba, creando  a Qoyllur, la estrella del firmamento.

De esta manera  , los incas fueron creando con el tiempo otros dioses , convirtiéndose pues en una sociedad con una religión politeísta ,pues  vivieron con la creencia de que existían muchos dioses para poder llevar mejor la vida. En realidad, el pujante mundo andino supo convivir bien con la naturaleza y por eso fue una sociedad donde nadie se murió de hambre.


No hay comentarios: